Estoy orgullosa de ser peruana, porque no hay en América pueblo alguno, que pueda sentir mayor orgullo por su pasado, que el Perú. Reúne la historia peruana, notas inigualadas en su continente de profundidad, majestad, amplitud, esplendor, extraordinario relieve, de contrastes y de infinitas riquezas de experiencias vitales.Porque provengo de una estirpe, que hizo de nuestro país un imperio grande, poderoso, rico y extenso; porque aquí existió un inca llamado Pachacutec que hizo que nuestro territorio llegara desde Pasto en Colombia hasta el río Maule en Chile.
Orgullosa estoy del Perú, porque sus monumentos arqueológicos dicen al mundo la alta cultura que tuvo el imperio de los Incas, ahí están las ruinas de Machu Picchu, las fortalezas de Zacsa Huamán, andes, acueductos, las líneas de Nazca, el Señor de Sipán entre otros.
Orgullosa estoy de ser peruana porque contamos con grandes héroes que entregaron su roja sangre, para teñir nuestra sagrada bandera: Miguel Grau, Francisco Bolognesi, Leoncio Prado, Alfonso Ugarte, José Quiñones Gonzales y más.
El Perú es un esfuerzo de unidad, es y debe ser una epopeya de la unidad, que debe triunfar en el espacio de su naturaleza; llanuras estériles, valles costeños de grandes arrozales y cañaverales, hermosos valles serranos, gigantescas cumbres de Puna, iluminadas por el blanco reverberante, nunca jamás pisado ni de hombres ni de hombres ni de animales; allá en las inaccesibles cordilleras de nieve.
En el mundo cuentan que la creatividad del peruano es inmensa, que siempre sacamos algo nuevo para asombrar al mundo es así que tenemos: el glamour, el arte, la gastronomía, nuestra cultura y una serie de riquezas que hacen del Perú un espacio en vías del desarrollo y del peruano un ser con futuro.
Orgullosa estoy de la Amazonía, una de las últimas reservas verdes del mundo, que actúa como un gran pulmón, oxigenando todo ese aire viseado que los países desarrollados contaminan.
Estoy orgullosa del Perú, porque cuenta con el mar de Grau, que puede alimentar a millones de peruanos con sus ricas y variadas especies marinas.
Es la peruanidad integral, variedad y multiplicidad, fundidas en el crisol del tiempo; y que cada generación debe transmitir inflamada e inmaculada a la generación que la reemplace en la carrera